jueves, 20 de noviembre de 2014

Maestro, mi maestro

emerge tus piernas

y desafía otra vez

a tu Dios.

Oh maestro, mi maestro

que nadie te mancille

con sus palabras

tú eres

la luz que a todos nos guía 

para seguir navegando

en este furioso mar

tú maestro, guías el velero

hecho de nombres, solo nombres

que usted creaste 

con solo dedicación, fuerza y sacrificio.

Maestro, mi maestro

eres el timón

nosotros somos el casco de este nuestro barco

Maestro, maestro

¿ porque te hablo? ¿porque te sigo admirando,

mi maestro?

Maestro, maestro

ya pocas, muy pocas veces

vas a sufrir por culpa de este

tu velero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario