Maestro, mi maestro
emerge tus piernas
y desafía otra vez
a tu Dios.
Oh maestro, mi maestro
que nadie te mancille
con sus palabras
tú eres
la luz que a todos nos guía
para seguir navegando
en este furioso mar
tú maestro, guías el velero
hecho de nombres, solo nombres
que usted creaste
con solo dedicación, fuerza y sacrificio.
Maestro, mi maestro
eres el timón
nosotros somos el casco de este nuestro barco
Maestro, maestro
¿ porque te hablo? ¿porque te sigo admirando,
mi maestro?
Maestro, maestro
ya pocas, muy pocas veces
vas a sufrir por culpa de este
tu velero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario